Cuando
aparecen los trastornos del comportamiento alimentario en la adolescencia,
resulta muy complejo y delicado su abordaje. Los profesionales y expertos
reiteran la necesidad de establecer indicadores que permitan su prevención.
Es
nuestra intención ayudar al lector a conocer un poco más sobre este trastorno
que, lamentablemente, cada año en Europa aumenta el número de casos.
Antes
de abordar un trastorno de conducta alimentaría hay que descartar cualquier
otro origen fisiológico mediante las pruebas diagnósticas prescritas por los
profesionales.
Trastornos
Alimentarios con mayor penetración en la población adolescente
Hay
que tener en cuenta que existen formas mixtas de los trastornos presentados a
continuación, es decir, la anorexia puede ir acompañada de de atracones
periódicos.
Índice de Masa Corporal˟
Se considera un índice de masa corporal
(IMC) para adultos entre un 18,5 y 25. Para niños y adolescentes está en
función de la edad y sexo. Como ejemplo de valores de peso normal sería el una
niña de 12 años con un IMC 17,5.
IMC (índice de masa corporal) = peso(kg) / altura² (m).
Anorexia Nerviosa
1. Peso corporal inferior o igual un 15% por debajo
del peso normal para sexo y edad. Es te valor correspondería a un IMC inferior
a un 15,4 para una chica de 12 años o menor de un 17,7 a partir de los 16 años.
- 2. Síntomas relacionados con miedo intenso al aumento de peso, imagen
distorsionada del cuerpo, rituales en la alimentación en cuanto a clasificación
de alimentos por tolerables y no tolerables así como un elevado grado de
perfeccionismo.
- 3. Adelgazamiento voluntario.
- 4. Se presenta con una frecuencia muy superior en
las mujeres que en los hombres, aproximadamente, diez veces más.
- 5. La población que abarca en edades oscila entre
los 12 a 28 años con una mayor frecuencia a los 15 años.
Bulimia nervisiosa
- Atracones alimenticios con regularidad y sin control, se puede consumir entre 2.000 y 10.000 calorías en un período de tiempo corto (entre 20 y 30 minutos).
- Limpieza posterior mediante vómitos o el uso de laxantes.
- Máxima frecuencia a los 18 años.
- Es difícil de reconocer por el circulo cercano al adolescente, ya que, el I.M.C. se suele situar entre el 20-25
- Los limites entre anorexia y trastorno por atracón está muy difuminados.
- Atracones alimenticios con regularidad y sin control, se puede consumir entre 2.000 y 10.000 calorías en un período de tiempo corto (entre 20 y 30 minutos).
- Limpieza posterior mediante vómitos o el uso de laxantes.
- Máxima frecuencia a los 18 años.
- Es difícil de reconocer por el circulo cercano al adolescente, ya que, el I.M.C. se suele situar entre el 20-25
- Los limites entre anorexia y trastorno por atracón está muy difuminados.
Trastorno por atracón
- - Entre dos o tres veces a la semana importantes
atracones en los que se puede llegar a consumir entre 1.000 y 3.000 calorías
en 20 o 30 minutos.
- - No se produce la limpieza posterior mediante
vómito o laxantes.
- - Afecta entre el 20% y el 30% de las personas
obesas.
- - Afecta por igual a hombre y a mujeres.
Obesidad
- - Importante sobrepeso con riesgo serio de padecer
diabetes y enfermedades cardiovasculares, el IMC se sitúa por encima del 30 en
adultos.
- - Afecta a un 10% en niños y adolescentes y 20% en
adultos y en aumento.
- - Afecta por igual a hombre y a mujeres.
Los Inicios
El
riesgo de los trastornos alimentarios aumenta con el inicio de la pubertad, ya
que, en ese momento, la apariencia externa cada vez tiene más importancia en la
autoestima así como la impresión que pueda causar a los compañeros y a su
círculo social. En este marco son las chicas las que sufren mayor presión para
estar delgadas.
Es el motivo por el cual las adolescentes sufren diez veces más anorexia o bulimia que los varones de la misma edad.
Es el motivo por el cual las adolescentes sufren diez veces más anorexia o bulimia que los varones de la misma edad.
A
todo lo anterior le añadimos entorno familiar conflictivo, problemas escolares
en muchas ocasiones motivados por el propio nivel de perfeccionamiento
auto-exigido y hoy en día está tomando especial relevancia las actividades
deportivas o artísticas en las que se requiera una imagen física con unos
patrones establecidos referente a masa corporal, peso, etc… motiva que aparezca
una fijación inconsciente hacia el cuerpo y la conducta alimentaria.
Señales de alerta y respuestas
Algunas
señales de alerta serían:
- El niño o niña se siente gordo a pesar que adelgaza o incluso presenta un peso inferior.
- Negación de tener hambre a pesar de no haber ingerido alimento durante un tiempo elevado.
- Exceso de ejercicio físico con el objetivo de “quemar” todo lo ingerido.
- Vómitos después de las comidas y visitas frecuentes al cuarto de baño.
- Se alimenta a escondidas.
- Hurta alimentos y esconde comida por su cuarto o por toda la casa.
Las
respuestas, evidentemente, pasa por una observación continua durante un tiempo
prudencial para asegurarse que es una conducta anómala y una vez verificado que
no es una conducta normal, sin dudarlo, acudir a los profesionales para
asesoramiento, diagnóstico y seguimiento clínico.
Dicho
la anterior podemos indicar que sería buenas respuestas:
-
Intentar ver al niño o niña en su conjunto y evitar criticas a su alimentación y figura.
a Si adelgaza de una manera evidente acudir al médico para descartar causas orgánicas.
Educarle y mostrarle los beneficios de una buena nutrición a su edad.
Intentar ver al niño o niña en su conjunto y evitar criticas a su alimentación y figura.
a Si adelgaza de una manera evidente acudir al médico para descartar causas orgánicas.
Educarle y mostrarle los beneficios de una buena nutrición a su edad.
- Nunca
establecer un tratamiento por cuenta propia. Es un problema que puede
permanecer durante años si no lo tratan profesionales cualificados.
- Nunca
presionar ni angustiar al niño o niña. Es interesante hacerle partícipe de las
decisiones alimenticias, que por otro lado nos ayudarán a valorar como va
evolucionando su conducta.
- Es
muy conveniente, en función del grado de confianza, que sea el propio
adolescente el que decida compartir las sesiones con los padres o no. Los padres
siempre estarán informados por los profesionales de la evolución.
Conclusión
En
el diagnóstico clínico de un trastorno en la conducta alimenticia como padres
tenemos que entender que algo se nos ha escapado de las manos y no hemos sabido
prevenirlo. Por eso, es muy importante saber interpretar los indicadores que
nos emiten nuestros hijos en todos los terrenos, en el alimenticio aún con
mayor motivo.
Por
otro lado, en el momento en el que el diagnóstico del trastorno tiene “nombre”, hay que involucrar a todos los
actores que intervienen en el circulo social, educativo, lúdico, etc… del niño
o niña para asegurar una intervención eficaz en el problema.
Fuentes consultadas: CIE-10 y DSM-IV / DSM-V
Recognizing & preventing adolescent eating
disorders and muscularity problems. L.Smolak y M.P. Levine. The prevention
Researcher.
Prensa Científica.
Prensa Científica.
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